Desarrollo e Innovacion Educativa
La verdad nos hará libres

Demasiada condescendencia con los alumnos

  1. La existencia de límites claros respecto a las conductas de los alumnos.
  2. Las reglas de clase son necesarias para la creación de un entorno seguro para la enseñanza y el aprendizaje. Ahora bien, las que no sean necesarias o reduzcan los niveles de compromiso de los estudiantes con su propio aprendizaje, deben evitarse. Las reglas han de aceptarse, y para que se acepte, han de satisfacer una necesidad. En consecuencia, es importante reducirlas a un mínimo y tratar de que ese mínimo de reglas, una vez adoptado, reciba el apoyo de todo el profesorado.

  3. Un sistema de premios y sanciones que pone énfasis en expectativas positivas y que promueve la autoestima y la autodisciplina.
  4. Los docentes eficaces  estimulan a los alumnos a crecer y a aprender, sin que por ello carezcan de una dirección clara y, si es necesario, de control. Estos docentes reconocen que hay que utilizar la disciplina como una fuerza positiva en el aula y no como un medio de represión y, en todo caso, están acostumbrados a reflexionar constantemente sobre las recompensas y las sanciones que utilizan en su práctica para que unas y otras promuevan la autoestima y la autodisciplina.

     

    bullying... por los alumnos

    Ante esta situación, algunos llegan a presentar pánico, depresión y hasta accesos de terror

     

    Una nueva modalidad de bullying en la que las victimas no son los alumnos sino los profesores se está comenzando a registrar en la zona metropolitana del Valle de México, asi lo informó la Comisión de Derechos Humanos de esta zona (Codhem).

    Antonia Lagunas Ruiz, experta en psicología del organismo, dijo que se trata de una reciente "variación" de esta expresión de violencia escolar, en la cual las agresiones y acosos continuos se centran en los maestros frente a grupo y los victimarios son los alumnos.

    Aseguró que de los 50 casos de bullying que se atendieron entre 2010 y enero del presente año al menos media docena se relacionaban con este tipo de agresión en particular, en la que inusitadamente participa todo el salón de clase o su gran mayoría.

    Un diagnóstico realizado por la Codhem al atender los casos reportados por los maestros o autoridades educativas permitió establecer algunos puntos de conexión, como el hecho de que los profesores-víctimas habían perdido "autoridad" frente a su grupo, por distintas circunstancias.

    Los casos estudiados determinaron que los "agresores" tenían una personalidad altamente agresiva, contrastante con profesores tranquilos, profesionales y con poca experiencia, lo cual los convirtió en blancos vulnerables.

    En muchos casos los maestros se vieron obligados a pedir ayuda y en algunos casos fueron enviados directamente al servicio siquíatrico, ya que algunos presentaron severos cuadros de depresión, estress, insomnio, ansiedad, pánico e incluso accesos de terror.






















     
 
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